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lunes, 21 de abril de 2014

Había una vez...

Había una vez cuatro individuos llamados Todo el mundo, Alguien, Nadie y Cualquiera. Siempre que había un trabajo que hacer, Todo el mundo estaba seguro de que Alguien lo haría. Cualquiera podría haberlo hecho, pero Nadie lo hizo. Cuando Nadie lo hizo, Alguien se puso nervioso porque Todo el mundo tenía el deber de hacerlo. Al final, Todo el mundo culpo a Alguien cuando Nadie hizo lo que Cualquiera podría haber hecho.

                                Imagen de: http://finofilipino.org/

Y la paradoja es que seguimos y adoramos una religión que nos inculca el valor de la solidaridad, pero no somos nada solidarios.

"A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara esa gota" (Madre Teresa de Calcuta)

2 comentarios:

  1. ¿Cuánta hipocresía no? Ese pobre hombre en el suelo sin comida, sin un hogar, sin un refugio donde vivir y mientras esas personas pasan por al lado suya como si no existiera. Creo que en esta vida hay que ser un poco empático y ponerse en el lugar del otro, ya que cuando menos te lo esperes esto te puede llegar a pasar a ti también. Y si algún día te ocurre algo similar como este hombre de la imagen, seguramente necesitarás la ayuda de otras personas para poder sobrevivir o sostener a tu familia.

    Es por esto por lo que creo que entre todos podríamos poner nuestro granito de arena y ser solidarios unos con otros, por lo menos yo voy a seguir esto y voy a intentar ayudar a todo aquél que lo necesite. Ayudar no implica que tengamos que donar siempre dinero, sino también existen otro tipo de ayudas que tienen mucho más valor, que son las que se hacen realmente desde el corazón.

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  2. Que bonito Alicia, me gusta tu comentario ¡Gracias!

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